El cáncer de laringe, tiene la peculiaridad de dejar sin la posibilidad de hablar al paciente, que en un 90% de los casos se trata de un fumador.

Los primeros síntomas que se producen para detectar la enfermedad son:

1. Disfonía / Ronquera
2. Tos
3. Dolor de garganta
4. Dificultad de tragar
5. Cambios en la voz
6. Dolor de oído

Este tipo de cáncer es difícil detectarlo en su estadio más inicial, cuando es todavía indoloro. Muchos de los afectados empiezan ha ser tratados cuando ya es un estado muy avanzado, y dependiendo de la fase en la que se encuentra, y la respuesta que ofrece el tratamiento, puede exigir del afectado la necesidad de una laringectomía radical. (La extracción total de los órganos fundidores).

Una vez el paciente ha sido intervenido, y se le ha extirpado la laringe, (era la función principal del órgano fonador, que mediante la vibración que producía el paso de aire con el contacto de las cuerdas vocales que originaba los sonidos para generar la voz), la primera consecuencia que nos encontramos es la pérdida de expresión y el sentimiento de pérdida de calidad de vida generada por este motivo.

Además de la voz, el laringectomizado reduce el sentido del olfato y del gusto.

En la asociación todos somos iguales y todos sufrimos el mismo problema. La mayoría hemos conseguido el habla con voz esofágica y lógicamente, si cada día nos vemos y realizamos clases, la rehabilitación del paciente, será mucho más fácil y mucho más rápido. Sólo en el caso excepcional, que por alguna causa no fuera posible conseguir el habla de voz esofágica, se debe plantear la posibilidad del uso de la prótesis o de un el laringófono, que aunque no es lo ideal , en una manera de comunicarse con el entorno.

Hay que acudir lo antes posible a una asociación para aprender a hablar o con un profesional un logopeda para que empiece a trabajar con la rehabilitación del paciente.